d (i) os


no lejos de mi edificio hay un bosque, nadie lo ve, sólo yo puedo verlo, dentro del bosque canta una sirena, he escuchado decir que dentro de un hueco en el tronco del árbol más antiguo está el mar, y abajo de ese mar, el cielo, sí, lo he escuchado me lo han contado las vecinas de mis sueños, son lamias disfrazadas de motos, hay días en que me voy a pasear en esas motos, me llevan las lamias, me lleva Orfeo disfrazado de motorizado Harley Davidson, damos vuelta por toda la urbanización, salimos a la avenida, vamos a Las Mercedes, a los Palos Grandes, al Hatillo, nosotros tan burgueses, pero luego, cuando regresamos en la madrugada, les pido que me dejen en la puerta del bosque, la puerta del bosque es una llave pintada en el piso de mi calle, si la tocas se vuelve una esquina, se vuelve una boca de lobo, se vuelve un camino de leprosos, no me atrevo a entrar, atrás Orfeo, Harley, las lamias, esperan, mordiéndose las uñas... y la sirena contiene el aliento y también aguarda

2 comentarios:

Ophir Alviárez dijo...

Palabras fuertes, decididas, amargas. Buena prosa y buenas las imàgenes, invitan a màs.

Espero.

Gracias por la visita.

OA

La Gata Insomne dijo...

cerquita de aquí te puedes encontrar con alguien en tu jardín privado
yo hago de Celestina y ustedes pulsan la química, a él lo llaman Vampiro Vip