ocho mil kms


María tiene las piernas rotas.

Tengo esa frase clavada en la frente desde hace días, y mientras pienso esto, es decir, mientras no puedo olvidar esta frase, recuerdo que hace días que se me acabó el Sertraline. También pienso en la carátula de una novela que me compré en la feria del libro (creo que la foto es del fotógrafo Luis Brito). En ella salen un asomo de piernas, unos pies femeninos y un helado de paleta derretido sobre una escalera. No sé si la de la foto está desnuda. No sé tampoco si es una mujer o una niña. Pareciera no tener las piernas rotas, y el helado se le derrite en el piso sugiriendo un goce orgásmico. ¿O será que se le derrite la entrepierna?

María tiene las piernas rotas.

No puedo dejar de repetirme esa frase. Es como si guardara un misterio. Pero no encuentro el gozne, ni siquiera la aldaba que me permita asomarme a sus revelaciones.

María tiene las piernas rotas, y él sigue durmiendo en el sofá.

¿Será que soy yo la que tiene las piernas rotas?
¿Será que soy yo la que no puede pararse de la cama, e ir donde está él, y acabar de una vez por todas con este intersticio de dolor que nos arropa?

María tiene las piernas rotas… y hay ocho mil kilómetros de distancia

entre él y ella
entre ella y yo
entre yo y él (entre él y yo)
ocho mil kms
poca cosa, ¿no?

3 comentarios:

La Gata Insomne dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
La Gata Insomne dijo...

si,yo tambien siento que estan rotas,por la rodilla,no hay misterio
no ha piernas ni botas de 7 leguas que puedan con 8.000 Kms

La Gata Insomne dijo...

Mira Rotten querida
aquì te dejo un dato que te puede interesar relativo a los lobos

a lo mejor ya lo tienes, yo cumplo con acordarme de mis amigos bloggeros, a tu novio el Vamp Glam le dejè otro

Licantropìa
historias del hombre lobo en Occidente

Jorge Fondebrider

Adriana Heredia editores

besos pues